El principio de la
química se remonta en la antigüedad por los hombres primitivos, que únicamente
contaban con piedras, pero el interés se saber cómo poder utilizar estos
recursos produjo la elaboración de herramientas
para la caza u otras técnicas para su sobrevivencia, el uso de las piedras
provocó la creación del fuego, esté fue el primer contacto del ser humano con
la química, después de este fenómeno descubrimiento, el uso de este recuso
provocó las primeras interacciones químicas en los alimentos ya que se podían
cocinar y dar un mejor sabor, también la generación de energía calorífica y
luminosa ayudo a concebir mejores formas de elaboración de productos nuevos
como recipientes de barro. Al paso del tiempo la aparición de las nuevas
civilizaciones, las técnicas para la creación de nuevos instrumentos para la
sobrevivencia del ser humano fueron aumentando. Al implementar los metales en
su vida cotidiana tuvo un mayor impulso, ya que descubrió que se podía moldear
a su gusto y formar nuevas herramientas, los principales metales que fueron
ocupados fueron el bronce y oro, ya que se encontraban de forma más fácil en un
medio natural; uno de los mejores ejemplos que podemos utilizar es la aparición
de armaduras de cobre, o de bronce que esto es formado por una aleación de
cobre y estaño; el interés del ser humano por encontrar nuevos materiales lo
llevo al descubrimiento del hierro, este era un metal muy escaso y más difícil
de fundir a comparación del cobre. Pero el interés de formar nuevos materiales,
impulso la elaboración del acero, este era formado por hierro y carbón vegetal,
que al juntarlos se producía un metal más resistente.
Posteriormente la
civilización griega, se enfocó al estudio del universo, que era descubrir que
estaban formados los recursos naturales. Los filósofos griegos ponían su
atención en saber el ¿por qué? de las cosas, lo cual nos lleva a las primeras
teorías químicas. Uno de los primeros teóricos químicos fue Tales, quién decía
que todas las cosas existentes estaban por un elemento, del cual formaba parte
de todas las sustancias conocidas. Otro filósofo importante para la química fue
Empedocles, quien afirmaba que todas las cosas estaban formadas por cuatro
elementos principales “fuego, agua, aire
y tierra”, por otra parte la idea Leucipo, era que todas las cosas las
formaban pequeñas formas imposibles de dividirlas, a estas formas las llamaron
“átomos”. Aristóteles uno de los filósofos más influyentes de la antigua
Grecia, estaba de acuerdo con los cuatro elementos pero no estaba conforme que
todo era por ellos, que existía un quinto elemento llamado “éter”, el cual era un elemento
inagotable.
Posteriormente el
aparecimiento de alquimistas, produjo un mayor ambiente de investigación de las
sustancias, ya que se creía que a partir de una sustancia se podrían alterar
las propiedades de un material para crearlo en otra con propiedades diferentes,
a esta sustancia se le conoció como “la
piedra filosofal”, uno de los principales temas de estudio de la alquimia era
producir oro a partir de otros metales como el plomo, la creación de
medicamentos y a detener el envejecimiento. Algunos alquimistas escribieron sus
investigaciones para que otros pudieran seguir con su investigación y no
empezar siempre desde cero, pero hubo otros que no lo quisieron así ya que se
ponían celosos o era una práctica ilegal y su castigo era la muerte.
A partir del siglo
XVII, se desarrolló una nueva idea acerca de la química, tanto que surgieron
famosos atomistas como Isaac Newton y Robert Boyle, los cuales su idea acerca
de las sustancias es que están formados por partículas y que estas a su vez son
formadas por moléculas. Lo cual los alquimistas dejan la idea de transformar
elementos en otros y se dedican al estudio de las propiedades de estos. Los
griegos creían que la tierra era un elemento, Johann Joachim Becher afirmó que
existen tres diferentes tipos de “tierra”, uno era para elaborar metales, otro
vidrio y la última combustible. Esta última se asoció con el principio de la
combustibilidad o azufre filosófico, a esto se le llamo flogisto.
Fue Robert Boyle quien
marco el nuevo camino de la química, ya que fue verificando cada experimento
hasta poderlo reproducir varias veces, y al ver que era repetible era más fácil
de investigar sus características. Este modo experimental de ir verificando
cada uno de los logros realizados hizo que la alquimia se convirtiera en la
química que hoy conocemos.
A principios del siglo
XVIII, el científico Georg Ernst, retoma el concepto flogisto y describe que
toda sustancia que contiene flogisto puede quemarse, mientras que otras
sustancias que tienen poco o nada de flogisto no son combustibles. También
explica que cuando el aire está saturado de flogisto ya no se puede permitir la
combustión aún cuando exista flogisto en la sustancia.
La teoría de flogisto
fue muy exitosa, ya que se podía explicar una gran variedad de fenómenos por
medio de unas pocas proposiciones sencillas. Henry Cavendish también utilizó
esta teoría para explicar la producción de agua. Para él, el aire vital no era
“aire sin flogisto” sino “agua sin flogisto” y el aire explosivo era nada más y
nada menos que el mismo flogisto. Cuando estos dos aires se combinaban, el aire
vital recuperaba su flogisto, convirtiéndose de nuevo en agua
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